La
resistencia es una de las capacidades físicas que participan en cualquier
actividad deportiva y es la que nos va a permitir la prolongación de un
esfuerzo o actividad o física sin disminuir el nivel de rendimiento o
intensidad.
El
entrenamiento de la resistencia va a mejorar su actividad en general y con ello
aumenta la capacidad de trabajo en general, la recuperación más rápida de los
esfuerzos realizados, así como la salud.
RESISTENCIA AERÒBICA:
Un
esfuerzo de resistencia es aeróbico cuando el oxígeno que puede llegar a los
músculos que trabajan es suficiente para realizar el ejercicio. Un ejemplo
puede ser ir en bicicleta y, como podemos intuir, deberá ser un esfuerzo de
intensidad moderada.
RESISTENCIA ANAERÒBICA:
Supongamos
que empezamos a pedalear más rápido. Nuestros músculos necesitarán más oxígeno
y, por lo tanto, empezaremos a enviar más sangre. Si el ejercicio es muy
intenso, el oxígeno que llega es insuficiente y vamos cayendo progresivamente
en el agotamiento. A estos ejercicios físicos, realizados con déficit o incluso
una falta total de oxígeno, se les llama de resistencia anaeróbica. Son
esfuerzos muy intensos y que, debido a la falta de oxígeno, tienen corta
duración. Para controlar nuestro esfuerzo debemos tomarnos las pulsaciones.